Es en el transcurso de la organización de la edición de 1964 cuando entre socios y socias de la Peña y miembros de la Diputación se decide celebrar la Fiesta del Rey de la Faba en el Palacio y Castillo Real de Olite que llevaba en proceso de restauración desde los años 20, se creía que para el 6 de enero las obras estarían finalizadas pero no fue así y allí estuvieron una gran cantidad de voluntarios colocando durante varios días celofán en las ventanas para simular vidrieras, decorando paredes con pendones... hacía mucho frío aquel día de Reyes, pero sin duda el calor lo pusieron las gentes de Olite y los del Muthiko Alaiak que devolvieron la dignidad al lugar y en el que resonaron los acordes de la Marcha para la entrada del Reyno y los gritos de ¡Real! ¡Real! ¡Real!
Tras el éxito de aquella primera vez, se decidió volver al año siguiente a Olite y tras la edición de 1965 se empezó a recorrer Navarra, comenzando por las cabezas de Merindad, desde entonces han sido 38 las localidades en las que se ha celebrado la fiesta.