En 2015 fue el monasterio de Urdax quien acogió esta fiesta. Hay que decir de aquella jornada que parecía que estaba gafada; por la mañana uno de los músicos, Imanol Erkizia, tuvo una caída tonta en el canal del molino; cayó al agua, pero con tan mala fortuna que se fracturó el tobillo, y una ambulancia lo tuvo que evacuar a Pamplona… vestido de mendigo medieval. Pero lo peor pudo estar por venir, y es que a la tarde, en el momento en el que iba a ponerse en marcha la comitiva, el caballo que llevaba al Rey de Armas, tras dos avisos previos, salió en estampida arrojando al jinete con una trayectoria de varios metros de caída, estrellando este su espalda contra el suelo; la aparatosa caída hizo temer algo serio, pero lo cierto es que el jinete pudo levantarse y él mismo dio orden de que se pusiese en marcha la comitiva, con él al frente de la misma, para después dirigir en el interior del templo toda la ceremonia, y acabada esta es cuando, entonces sí, se fue al hospital, con una espalda totalmente morada a causa del golpe, y una costilla rota. Al margen de estas incidencias hay que decir que Urdax, como lo hace siempre, fue todo hospitalidad, y su monasterio de San Salvador, rodeado de todo ese entorno natural fue un marco para esta fiesta de auténtico lujo.
El verdadero protagonista aquel 10 de enero, sin duda, fue Jokin Etchart Verdú, proclamado, coronado y aclamado como Rey de la Faba 2015.