Artajona, en 2011, trajo consigo un acto de elección todavía más pomposo que el del año anterior, con la participación de la Comparsa de Gigantes, gaiteros, fanfarre, coro infantil, grupos de danzas, etc. Por vez primera en esta jornada de elección se introdujo un acto de proclamación del nuevo rey elegido, a cargo de Fernando Hualde, Rey de Armas.
El Cerco de Artajona, con el niño Iñigo Elizalde como protagonista, volvió esa tarde de enero al medievo ofreciendo un templo abarrotado de público y de monjes. Por unas horas el antiguo Reino de Artajona parecía haber cobrado vida en aquel recinto fortificado, abarrotado de todo un elenco de personajes medievales, de danzas, de cantos, de indumentarias, de estandartes, y de infinidad de pequeños detalles que trasladaron a todos a tiempos contemporáneos de esa iglesia de San Saturnino y de ese excepcional Cerco.
Un detalle curioso fue que toda la ceremonia de coronación estuvo presidida, desde una peana colocada en sitio de honor, por la pequeña imagen de la Virgen de Jerusalem. El paso de la fiesta del Rey de la Faba por Artajona dejó su huella; es esta una localidad, por su Cerco amurallado, con profunda tradición medievalista, en la que además hay un amplio grupo de vecinas y de vecinos que trabajan culturalmente en torno a aquella época y que no pierden ocasión para vestirse y escenificar bellas estampas del medievo; y quedó de manifiesto que la de la Faba es una fiesta que encaja a la perfección con ese espíritu que ellos tienen, tal es así que desde ese año la fiesta fabera, se celebre donde se celebre, se ve enriquecida con la presencia de decenas de personas de Artajona con trajes, banderas y estandartes que le dan calidad y prestancia al acto.