ISABA

26/04/2008

Itziar Artuch Boj

 En 2008 se constituye la Comisión de la Fiesta de la Faba, vinculada y dependiente del Muthiko  Alaiak, que será desde entonces la encargada de dar continuidad a esta fiesta. Paco Zamora y  Jaime Izal se reenganchan al nuevo equipo de trabajo que también tiene otros nombres  propios: Tato Abárzuza, Javier Lusarreta, Salvador Pagola, Fernando Cía, Fernando Hualde,  Marisol Ruiz, Eduardo Uterga, Ekaitz Suñer, Amaia Nuin, Ione Nuin, Delia Alzu, Alberto Goñi, y  Javier Muruzabal. 

Esa edición del año 2008, más retrasada en el calendario que ninguna otra, e igual que había  pasado en 1968 en Sangüesa, de alguna manera venía a marcar una nueva etapa dentro de  esta fiesta, en la que Muthiko Alaiak, con la colaboración del nuevo Rey de Armas, le dan un  nuevo impulso a la ceremonia del Rey de la Faba. Isaba vuelve a marcar un antes y un después,  con actos que se celebraron a lo largo de todo el día, y con conferencias previas; por vez  primera los actos programados no se reducían exclusivamente a la ceremonia en sí, sino que  abarcaban todo el día, incluso con un ciclo de conferencias previo que sirvieron para explicar  en los diferentes pueblos del valle la esencia y la historia de lo que se iba a celebrar. A partir de  ese año cada edición, durante un lustro, vino acompañada de la publicación en Diario de  Noticias de un amplio reportaje, el domingo anterior, dedicado a sacar a la luz la historia de la  localidad que va a acoger los actos de coronación del Rey o Reina de la Faba; incluso algunos  años se busca divulgar la historia de esa localidad con uno o dos reportajes más. Se busca  expresamente que cada fiesta sirva para llamar la atención sobre la historia de Navarra y sobre  la historia local de cada localidad anfitriona. 

En Isaba aquel año, para asombro de más de uno, se dio cita la vieja Navarra, tantas veces olvidada. A la llamada del nuevo Rey de Armas acudieron autoridades de los diversos valles pirenaicos de Navarra, del Alto Aragón, y del Bearn. Por vez primera en la comitiva de esta fiesta se vieron decenas de trajes roncaleses, se vio a una doña Blanca con vestido y tocado medieval roncalés, se vio la antiquísima bandera de Isaba portada con dignidad, se vio a los verdaderos alcaldes del valle abrir paso ataviados con calzón, sombrero de Sástago, capa y valona; e incluso pudo verse al rey de Navarra flanqueado y custodiado por los Mosqueteros del Rey de Francia y de Navarra. Todo esto era nuevo en esta fiesta; la vieja Navarra, los descendientes directos de la Navarra fiel a la causa de la independencia del reino estaban allí, una vez más, dando un toque de autenticidad que hizo que la coronación de la roncalesa Itziar Artuch Boj fuese un acontecimiento en Isaba y en todo el valle roncalés de los que ya no se olvidan. Estábamos ante un nuevo punto de inflexión en esta fiesta, precisamente allí, en la cuna del viejo reino.