Pamplona volvió a acoger la celebración de esta ceremonia. Si el año anterior había sido en la iglesia de Santo Domingo, este año le tocó el turno a la de San Nicolás, en donde fue coronado Julián Hernández Garcés.
El cortejo había salido a las 18’15 desde el patio del colegio Vázquez de Mella, y resultó especialmente vistoso a causa de la iluminación navideña. El Rey de Navarra tuvo serios problemas con su caballo, un potro excesivamente nervioso que no paró de dar sustos.
Por lo demás la tipología del templo contribuyó a que se viviese en su interior una ceremonia con toda la solemnidad propia del momento. La parte musical corrió a cargo de la coral Ama Lur, que se estrenó en esta ceremonia interpretando el Himno de las Cortes de Navarra y varias piezas polifónicas de la Misa Alemana de Schubert.