La ceremonia volvía este año a Pamplona un 6 de enero, y lo hacía además en medio de un intenso frío y con una importante capa de hielo en sus calles. El niño agraciado para esta edición fue David Albisu Calleja, de 11 años, vecino de la calle Mayor y alumno de las escuelas de San Francisco.
La comitiva se puso en marcha a las 19’30 desde la plaza de San Francisco con destino a la iglesia de Santo Domingo, que para esa hora ya estaba repleta de público; a pesar de la brevedad del trayecto los resbalones y las caídas no fueron pocas, incluida la aparatosa caída de un policía municipal en la plaza Consistorial.
La parte musical de la ceremonia contó con un respaldo de lujo, el de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona. El momento de mayor solemnidad fue el alzado del nuevo Rey de la Faba sobre el pavés, momento este que fue acompañado por la interpretación del Himno de las Cortes de Navarra.
La intensidad del frío hizo que a la salida del templo se suspendieran ese año los bailes de los dantzaris en honor al nuevo rey. A cambio no faltó una concurrida cena medieval en el Amaya.