Según informaba el diario ABC unos meses antes, la edición de este año –que se celebró en Tudela como el año anterior- tuvo una novedad, una innovación respecto a todas las ediciones anteriores; el asunto fue que hasta la ceremonia anterior el sistema de elección del niño a coronar había sido “a dedo”, en función de sus méritos, y esto cambió en diciembre de 1971, pues para la ceremonia de 1972 lo que se hizo fue que cada uno de los 23 pueblos de la merindad de Tudela presentase un candidato (también en función de sus méritos), de tal manera que el 3 de diciembre de 1971 se juntó a todos los candidatos en el Salón del Trono del Ayuntamiento de Tudela dejando que fuese la suerte del haba oculta en un rosco la que decidiese quién había de ser el niño a coronar como Rey de la Faba. El agraciado fue el niño Jesús Ramírez de Ocariz, que fue coronado ese 6 de enero en una Catedral de Tudela completamente abarrotada de público. La comitiva real, precedida en todo momento por una unidad motorizada de la Policía Municipal de Tudela, partió desde la Sociedad Arenas, y recorrió las calles Paseo Vadillo, Soldevila, Gaztambide, Plaza de los Fueros, Yanguas y Miranda, y Carnicerías, accediendo a la Catedral por la Puerta del Juicio.